Llevábamos 28 ediciones sin ir a esta feria de la gastronomía y decidimos que no iba a pasar ni una más. Era la hora de hacer una visita a uno de los encuentros más multitudinarios del mundo del buen comer. Antes de presentarnos, nos advirtieron que nos planificáramos las jornadas, pues son tantas las opciones que se concentran en los cuatro días del evento, que debemos tener claro qué priorizamos. Programa en mano comenzamos a señalar y a anotar en Google Calendar las actividades que son de mayor interés para nosotros. Pasados quince minutos, agobiados por la indecisión de si ternera de Ávila o torreznos de Soria, decidimos vivir peligrosamente y que el destino incierto nos sorprenda, más aun, cuando es nuestra primera visita y no tenemos sensaciones de lo que nos podemos encontrar.
Tres pabellones de la Feria de Madrid ocupaban este año el Salón de Gourmets, comunicados entre ellos alcanzaban una superficie superior a los 20.000 m2, donde más de 1.400 expositores daban a conocer sus productos y/o servicios. Ante la magnitud de esta feria, sólo nos quedaba relajarnos y disfrutar, pues éramos conscientes que en los tres días que nos íbamos a encerrar entre esas paredes, gran parte de lo que nos ofrecía, nos lo íbamos a perder.
Una vuelta inicial de reconocimiento es obligada cuando se llega de nuevo a un sitio, esta vez, esa primera aproximación nos llevó toda la mañana, entre las propuestas de los expositores que nos íbamos encontrando, los amigos y conocidos a los que saludábamos y las presentaciones de productos, el primer día voló casi sin darnos cuenta.
David Monaguillo con Ávila Natural
Pregunto en el escenario de Ávila si ese era el lugar del show cooking y si era necesario reservar plaza. Me responden con mucha simpatía que sí, que empezarían en breve y que aprovechara para coger sitio, porque no tenía pensado guardar la vez como en la peluquería. Dicen que la primera impresión es la que cuenta, pues esta primera impresión de David Monaguillo me encantó, luego disfruté tanto de sus propuestas que la segunda, tercera y sucesivas impresiones también nos gustaron. Elevar a gourmet la ternera de segunda, jugando con unos garbanzos en escabeche, juntar en el mismo plato el solomillo de ternera con yemas de Santa Teresa o un postre de tarta de queso que sorprendentemente sabía a queso de verdad, fueron algunas de las elaboraciones de David. El desenfado con el que se enfrenta a la cocina, en una época donde el esnobismo y los cocineros estrellas están invadiendo el mundo de la gastronomía, es un valor a destacar. Y lo más importante, sus propuestas, aparte de arriesgadas, estaban tan ricas que pocos minutos después del show, @DavidMonaguillo ya tenía un seguidor más.
Ángel León. Lo que comen las ballenas también nos lo comemos nosotros
Antes de empezar la presentación, probamos un risoto con plancton marino, dónde la sensación más descriptiva era la de sentir la proximidad del mar. Alberto Palomar, comercial del producto, nos explicó el proceso de cultivo y las posibilidades que ofrecía, tanto organolépticas integradas en la cocina, como saludables a nivel nutricional. El show cooking corrió a cargo de Ángel León, cocinero gaditano, conocido como el chef del mar. Sus propuestas innovadoras, integrando el plancton como potenciador de aromas marinos nos pareció muy interesante.
III Campeonato de España de Tapas para Gourmets
Patrocinado por Estrella Galicia, se celebró esta competición que reúne a cocineros de toda España, con el objetivo de competir en la elaboración de la mejor tapa, entendida como una creación de alta cocina en miniatura.
Sólo asistimos a la presentación de los diez primeros finalistas y la conclusión fue que el jurado tendría que enfrentarse a una difícil decisión, a juzgar por el alto nivel de las tapas presentadas. Tajaita de atún rojo marinada con cítricos, copa de hígado de pichón con turrón o mazorca de foie fueron algunas de las elaboraciones que se presentaron. Tuvimos la suerte de presenciar a Javier Chozas, mientras preparaba su tapa, este profesor de la Escuela de Hostelería de Toledo propuso un pincho de tortilla con cerveza, pero con un reenfoque sorprendente, por un lado sobre cucharilla presentó su reinvención de la tortilla, partiendo de sus ingredientes y por otro moldeó una cerveza para completar la tapa en su conjunto. Además tuvimos el privilegio de compartir el momento de la presentación con sus alumnos, sintiendo todo el apoyo y la admiración de estos hacia su profesor, aparte de la participación directa ayudándole en la preelaboración de la tapa. Finalmente Javier se alzó con el triunfo a la mejor Tapa Gourmet 2015.
En los tres intensos días que hemos vivido en el Salón hemos tenido oportunidad de probar excelentes productos y conocer a magníficos profesionales que nos han atendido con dedicación e interés, pero eso lo contaremos en las próximas entradas.