Todos los años, sobre finales de abril, principios de mayo, se produce un fenómeno natural en Trujillo, Cáceres, digno de ser contemplado. La generación durante tres días de un vórtice magnético de fuerte atracción para los amantes del queso. Este episodio, lejos de mostrar interés esotérico, tiene todo el encanto gastronómico, hasta el punto de que este año se ha celebrado la edición número treinta. Más de 60 expositores ofrecieron más de 300 variedades de queso, en el inigualable marco de la Plaza Mayor de esta monumental ciudad extremeña. Este año visitamos la XXX Feria Nacional del Queso de Trujillo.
La estrella de esta feria, generalmente, suelen ser los quesos tipo torta, pues son los más característicos de la zona. Hay tres Denominaciones de Origen próximas, D.O.P. Torta del Casar, D.O.P. Queso de la Serena y D.O.P. Queso Ibores, las dos primeras elaboran principalmente tortas de pasta blanda con leche de oveja y la última son quesos de cabra de pasta prensada. Como es previsible las tres Denominaciones están muy presentes en la Feria. Los quesos tipo torta de pasta blanda se elaboran con cuajo vegetal de cardo, hecho que les otorga unas características organolépticas muy especiales. Aparte de su cremosidad, los toques herbáceos con un punto amargo son una de su seña de identidad. Este año el primer premio para este tipo de queso fue para Gran Casar de la empresa Quesos del Casar, S.L.
Pero no sólo tortas pudimos degustar en Trujillo. Oveja, cabra y vaca, de pastas prensadas o pastas blandas, cortezas enmohecidas, azules, etc. Además quesos internacionales, este año el país invitado fue Holanda. En definitiva, un auténtico placer para los amantes del queso. La mecánica de degustación es mediante tickets, hecho que facilita la posibilidad de probar lo que apetezca, a un precio comedido y sin que prolifere el clásico “Gorronus engullatus”, característicos de las degustaciones gratuitas.
Es difícil destacar a una quesería sobre otras, pues la calidad media general es realmente buena, pero nos gustaría señalar dos, que nos dejaron recuerdo especial. La primera es la Quesería Talavera, especializada en queso de cabra. En líneas generales elaboran queso fresco y madurado, de forma completamente tradicional, sin tratamientos térmicos, mecánicos o químicos. El producto final es un queso de gran limpieza aromática, sabor equilibrado y textura propia de la leche de cabra. Estas agradables sensaciones, debieron ser las mismas que percibieron los miembros del jurado, pues algunos días más tarde, nos enteramos que le habían otorgado el premio al mejor queso de cabra de pasta prensada de la Feria. Otra de las queserías que nos atrajo fue Los Balanchares, de la Sierra Subbética de Córdoba. En este caso también están especializados en quesos de cabra, aunque también tienen alguna propuesta en oveja. Sus quesitos, de aproximadamente 70 gr, de pasta blanda, son una autentica perversión. Nos proponían darle un golpe de horno y ponerlos sobre pan tostado, con objeto de presentarlos como aperitivo caliente. El resultado final era pura delicia.
Finalmente nos gustaría agradecer a todos aquellas queserías que nos atendieron amablemente, ofreciéndonos sus productos y alimentando nuestra curiosidad, además de nuestro estómago. Quesos Francisco Morán, que elabora muchas propuestas, alguna de ellas con premios internacionales. Quesos Radiquero, premiados en 2013 como mejor queso de España por el MAGRAMA. Naturaurum, productos ecológicos muy bien elaborados de Córdoba. Monte da Vinha, que nos trajo el sabor de Portugal en sus quesos y Queixo Artesán Daniberto, especializados en excelentes quesos de tetilla.
En vez de «romanticismo embotellado», hoy toca llamarte «romanticismo pasado por cuajo» Fernando. Me encanta la pasión y el respeto que pones en lo que escribes… hoy quesos, mañana norte de Francia 😛 (a modo de borrador). Hablamos estos días.
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Muchas Gracias Alicia, no me imagino participar en gastronomía sin pasión y a partir de ahora sin romanticismo. je je.
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Noooo, sin romanticismo nunca.
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Yo estuve hace unos cuantos años y me encantó. El mundo de los quesos es fascinante, en Asturias lo sabemos bien, una pena que disparen el colesterol pero que carajo para mi es del bueno aunque digan lo contrario.
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Siii, completamente de acuerdo, además, si nos ha de subir, que nos suba con estas cosas, no con fast food. je je.
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