Hay una verdura cuyas raíces profundizan en el tiempo hasta el año 6000 a.C. Civilizaciones como los sumerios y egipcios ya la consumían, en Europa se introdujo a través de griegos y romanos y desde aquí se llevó a América. En nuestra cocina representa una base imprescindible, y convencidos de que no se puede hablar de gastronomía sin conocer el producto y sus orígenes, el pasado viernes, 18 de noviembre, nos fuimos a Bolaños de Calatrava para asistir al 4º Día de la cebolla.
Muchas veces no somos conscientes del valor de un determinado producto, damos por hecho que está ahí, y casi no nos preocupamos de su origen. Si un cocinero estrellado prepara un plato a base de cebolla caramelizada, no nos damos cuenta que bajo ese glamour está el trabajo de agricultores que llevan un año hincando el espinazo para conseguir que todos los demás nos deleitemos, no estamos con este comentario valorando ningún oficio sobre otro, evidentemente, todos se complementan, pero si es bueno recordar que el origen de las verduras no está en el estante del supermercado. Consideramos que adquirir cultura gastronómica es saber que hay multitud de tipos de variedades de cebolla, tipo Liria, grano, medio grano, tipo Reca, que hay parámetros valorables como la globosidad o el color de la piel, que hay variedades de centro único, que son las demandadas para el sector que elabora los aros de cebolla, y otras muchas cosas que desconocíamos y que nos animan a seguir aprendiendo.

Tartaletas variadas rellenas con diferentes elaboraciones de cebolla
Para valorar la importancia de un cultivo, lo mejor es tirar de cifras. De nuestro producto diremos que sólo en la provincia de Ciudad Real se cultivan sobre 4000 hectáreas, que producen alrededor de 350 millones de kilogramos. De todo este volumen, Bolaños representa cerca del 25%, por tanto, es más que justificado que se celebre un día al año una jornada específica de esta verdura.
La jornada está organizada por amfar (Federación de mujeres y familias del ámbito rural), Ayuntamiento de Bolaños y Asaja. El programa consiste en charlas técnicas sobre la cebolla y una degustación final de tapas elaborados a base de este producto. En líneas generales el mensaje mandado fue la necesidad de vertebrar el sector, de unión y organización para ser más competitivos. También se hizo una exposición detallada de las variedades de cebolla en el Campo de Calatrava, a cargo de Moisés González, técnico agrícola de COOVIMAG. En cuanto a la degustación, más que sorprendidos, personalmente rocé el éxtasis con una mousse de cebolla, sorprendentemente buena, también tartaletas con diferentes elaboraciones y las clásicas tortillas de cebolla.

Mousse de cebolla
Agradecidos por toda la información que nos trajimos y el cariño con el que nos recibieron, nos hemos quedado con el compromiso de repetir visita el próximo año.