Hoy catamos el vino de una nueva bodega, 500 arrobas, a la que le deseamos grandes éxitos, pues nos transmiten pasión por el vino, más allá del puro interés comercial, que evidentemente debe estar, si se desea subsistir. Elaboran tres vinos, y nuestra primera aproximación será con Punto en Boca, un vino joven de tempranillo, con una imagen bastante atractiva.

Punto en Boca
Los ribetes son rojos con reflejos violáceos, propios de poca evolución. No tiene demasiada capa y se ve bastante limpio para no ser filtrado, hecho a lo que no le ponemos ninguna pega. En nariz tiene una intensidad media con claros aromas de fruta roja de hueso, tipo cerezas, picotas, algo de frambuesa. Nos vienen leves sensaciones de paso por madera, aunque no lo detallen en la etiqueta. En boca es equilibrado, con buena acidez, una persistencia media y sensación de fluidez y ligereza. Su astringencia es la propia de la fruta sin parecernos agresiva.

Araña de cata. Punto en Boca tempranillo 2015
Beber vino sin tonterías
Es un vino fácil de beber, sin una complejidad brutal, pero perfecto para un chateo mañanero de calidad. Con una tapita de plancha vuelta y vuelta puede hacernos pasar un buen rato. Si lo queremos meter en la comida, con unos filetes de cerdo o un salmón se harán grandes amigos.
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