Esta vez no he buscado innovar, ni interpretar de forma personal otra receta, ni fundir continentes, ni explorar sabores. Al salir almendras como ingrediente, directamente pensé en la salsa de mi abuela paterna, que aunque en ella está su origen, realmente yo la he comido cocinada por mi madre, que es quien me la ha chivado, con todos los detalles posibles.
Seguramente esta receta se haga en otras partes, es más, me encantaría que a la lectura de este artículo, mucha gente me dijera que es igual que la que hacen en su pueblo, pero yo nunca la probé fuera de casa, por eso le otorgo esa exclusividad familiar.
Mientras la cocinaba, me puse a pensar en el posible origen y sin investigar mucho podría asegurar que se trata de una receta de origen árabe, anterior al descubrimiento de América, pues no lleva ni tomate, ni patata, ni casi pimiento, digo «casi», porque le he puesto un poquito pimentón, pero creo que es un condimento añadido posteriormente a la receta original.
No os estremece un poquito pensar en vuestros ancestros preparando el mismo plato que vosotros, como en una escena de película, donde todo a nuestro alrededor cambia, pero el mortero sigue aplastando el ajo, una y otra vez, el aroma del laurel tostado sigue envolviéndonos y una cuchara de madera remueve la salsa. A mi me crea cierto desconcierto existencialista, que se me pasa cuando empieza a pitar alguno de los electrodomésticos conectados con Ganímedes, que tenemos hoy en casa.
Ingredientes (4 personas)
- 1 Kg de cordero manchego
- 100 gr de almendras
- 4 huevos
- 4 hojas de laurel
- 4-5 ajos morados de Las Pedroñeras
- 1 cucharadita de pimentón
- 100 cc de aceite de oliva virgen extra
- sal y pimienta
Elaboración
Compramos una pierna de cordero deshuesada, os recomiendo un buen cordero manchego, como el que me vendió mi carnicero Usi, del Mercado de Puertollano. Luego solo he tenido que quitarle los trocitos de grasa superficial, a mi me gusta que no lleve esta grasa, y cortarla en trocitos de unos cuatro centímetros.
Una vez cortada, la ponemos a rehogar con aceite de oliva virgen extra, hasta ver que pierde el color a carne cruda, pero sin freírla, solo rehogar.
Antes de que termine de rehogarse, añadimos el pimentón y damos unas vueltas. Es importante que no se queme, por esto, lo hacemos al final.
En una plancha ponemos los ajos sin pelar y las hojas de laurel y asamos todo. ¡Truco!, si tenemos prisa se puede usar el microondas. También ponemos a cocer los huevos, no en el microondas, que luego vienen los chistes.
Ponemos a calentar agua y echamos las almendras, esto se hace para pelarlas, si las compramos peladas, no es necesario este paso. En nuestro caso las almendras son de nuestro almendro y nos toca limpiarlas, pero si las compramos, que sean limpias.
Quitamos la piel a las almendras, una vez que se hayan hidratado, con 5 minutos en agua caliente es suficiente.
En la trituradora ponemos los ajos asados, las hojas de laurel y las yemas de los huevos cocidos, y hacemos una pasta. Antiguamente esto se hacía en un mortero, ahora los motores eléctricos nos ayudan bastante.
Usamos también la trituradora para las almendras, pero no a la vez, pues no queremos que queden hechas polvo, hay que conseguir que queden en trocitos como de medio centímetro. También cortamos en trocitos parecidos las claras de huevo cocidas.
Ponemos la pasta de ajo, laurel y yema de huevo, y las almendras y clara de huevo sobre el cordero rehogado, cubrimos de agua y dejamos reducir a fuego medio hasta que la salsa se quede con textura cremosa. Este plato tiene varias texturas, la de la carne, los trocitos de almendra, los de huevo y la salsa cremosa.
Durante el proceso de elaboración los aromas que inundan la cocina son un espectáculo, el cordero rehogándose, el laurel tostándose, la salsa haciendo «chup» «chup», un autentico deleite atemporal.
El cordero es una carne de intenso sabor, por tanto si acompañamos este plato con un vino tinto de crianza media, lo disfrutaremos muchísimo y nos permitirá brindar por los que nos enseñaron estos sabores, y nunca olvidaremos.
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Todas riquísimas, os lo aseguro.
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Arantxa: https://unabrujaenlacocinablog.wordpress.com/
Sara: https://unaitalianaenlacocina.es/
Me ha encantado esa forma de hacer el cordero, con esa salsa de almendras tan agradecida tiene que estar de lujo.
Felicidades por el reto.
Besos.
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Si, es una receta que te arrastra al pasado, eso gusta algunas veces.
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Umm tiene que estar buenísimo ese cordero con esas salsa tan especial. 😉
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Si, si, es como un viaje al pasado. Muchas gracias
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Yo también he hecho una salsa de almendras pero he usado albóndigas en vez de cordero. No he utilizado nunca el laurel para incorporarlo a la salsa, cosa que me parece una idea fantástica. Muchas gracias. Un beso. Una recetaza.
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Si, esta salsa se puede usar con almóndigas, mi madre la hace con carrilladas y está espectacular. Muchas gracias
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Guau que rico!! Me encantaría darte la alegría de decir que en casa también la cocinamos así pero me temo que la salsa de almendras de mi abuela es diferente. Lo que para mí es estupendo porque así he aprendido una nueva. Me ha chocado el laurel en la salsa, pues no se porqué siempre he creído que si lo retiramos dentro de la salsa amarga y lo retiro antes de pasar las salsas y sofritos por la batidora. Y con lo que me gusta el cordero… tengo que cocinar esta receta ya y darla a probar a toda la familia, les va a encantar!! Un beso.
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Es curiosa, porque los condimentos no van sofritos, van asados, me encantaría saber realmente el origen. Muchas gracias
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Buenísima receta! Que buenos esos olores que nos trasladan a la niñez.
Enhorabuena, como siempre una receta estupenda. Un saludo
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Siii, me gusta sentir la sensación de viajar en el tiempo que nos aporta la cocina. Muchas gracias
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Qué buena receta!! Cuando has mencionado lo de imitar las recetas de nuestros ancestros, me ha venido a la memoria el tomate que hacia mi abuela materna. No sé si sabía que mi hermano y yo íbamos a aparecer en casa, pero muchos sábados, cuando íbamos a su casa nos encontrábamos la cazuela haciendo chup-chup. Era el momento de coger la barra de pan y hacer barquitos… siempre nos pillaba, pero creo que lo hacía a propósito. Gracias.
Bss
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Siii, es curioso lo fuerte que se fijan esos recuerdo en nuestra mente. Gracias
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Magnífica receta y me ha gustado mucho tu reflexión inicial. En mi caso, mi recuerdo familiar está íntimamente ligado a la llegada a América. Los platos que forman parte de mi historia emotivo-familiar son el cocido gallego y la empanada de maíz y bacalao, y no sé cómo serían ambos antes de que llegasen las patatas y el maíz del otro lado del Atlántico.
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Si, es curioso, a mi me inquieta mucho imaginarme como era la gastronomía sin determinados ingredientes que son muy familiares.
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Esa salsa de la abuela María esta para chuparse los dedos y mojar mucho pan!!!, te he leído por completo y solo puedo decirte que el cordero por su sabor intenso me enloquece, que te envidio con un almendro en casa, que tu salsa te ha quedado estupenda y en sí todo el plato es un lujo.
un abrazo!!!
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Muchas gracias Natalia, para mi ha sido muy emotivo ver que esta receta guste tanto.
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Me gusta tu receta, la salsa me parece extraordinaria. Me apunto la receta. Gracias por la receta
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Abre una puerta con escalera la pasado
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Gracias por tu comentario
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No soy mucho de cordero, la verdad, pero la salsa me parece increíble. Así que con un cabrito, por ejemplo…genial. Gracias por compartirl
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Si, mi madre la hace con carrilladas de cerdo, y espectacular.
Gracias por comentar.
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Me encantan las recetas que trasmiten tradición y, aunque sea vegetariana, disfruto de leer e imaginar ese trasvase hacia el pasado, durante el cual lo esencial permanece y permite que el saber hacer de nuestros antepasados nos sigue acompañando 🙂 Un beso!
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Muchas gracias, imagino que la salsa se podría hacer como base de algún plato vegetariano, por ejemplo si preparamos unas albóndigas con judía pinta y calabaza, y le ponemos esta salsa de almendras. Ahí te dejo el reto, jejejejeje
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🙂 Pues seguro que estará riquísimo. Lo que me ha sorprendido de veganizar platos, es lo sorprendente que pueden quedar, por ejemplo, unas albóndigas de judía pinta y calabaza como las que me propones, son todo un mundo de nuevos sabores 🙂 Un beso!
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Si, si, si lo intentas ya nos contaras. Un abrazo
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Estupenda receta Fernando, muy autentica y rico rico !!!
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Muuchas gracias Lorenzo, un abrazo.
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